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Los constructivistas dedican mucha más atención al pensamiento de orden superior y a las destrezas de resolución de problemas. Ellos creen que las destrezas básicas no deben ser aprendidas en forma aislada. Los temas curriculares deben ser integrados del mismo modo que en el mundo de los negocios y de la administración pública. Las naciones exitosas del siglo XXI serán aquellas que posean trabajadores instruídos, flexibles y creativos. A pesar de que se debate mucho acerca de cómo lograr este tipo de trabajadores, existe un consenso en la siguiente área: la vasta cantidad de información disponible nos dice que la sola memorización no servirá. Los estudiantes deberán aprender a analizar problemas que no tienen respuestas predeterminadas y a obtener soluciones creativas. En los trabajadores del mañana se debe desarrollar un espíritu de invención. Así no habrá temor al fracaso. Si se estimula el desarrollo de este tipo de destrezas, existirá una gran diferencia entre un país que es moderadamente exitoso y otro que es el líder mundial. Por todas estas razones, un programa educativo verdaderamente constructivista y de diseño abierto se convertirá en un componente muy valioso para el mejor sistema educativo del futuro. |
La
filosofía constructivista cree que los estudiantes
sobresalen cuando crean y construyen por sí mismos el
conocimiento específico que ellos necesitan, en vez de
que el maestro les dicte una lista interminable de
informaciones. Los maestros juegan un importante papel
como facilitadores del conocimientos.